26 diciembre, 2006

Felices Fiestas Ateas...

Las tardes de lluvia se perdieron,

te marchaste

y ya no estás.

sólo me dejaste

tal y como me encontraste

en la calle Melancolía,

esquina con la avenida Filosofía.


Entre turrones, comidas familiares,

paneras navideñas y frío de cojones,

te escribo, de nuevo, una poesía,

o un intento de ella,

sin pasión, sin esperanza y sin lujuria,

te recuerdo amada antigua.


Te marchaste

tal y como llegaste,

fugaz y sin previo aviso;

y sólo dejaste en el ambiente,

tu huella para mi tristeza.

Más nunca fui buen poeta,

aquí tienes, si también me recuerdas,

mi dulce armonía.