15 enero, 2006

Como lágrimas en la lluvia...

A pesar del frío insoportable de aquel invernal diciembre, él estaba allí de nuevo, como cada noche de luna llena, en su balcón observándola. Aquella noche en concreto estaba la calle mojada, ya que había estado lloviendo toda la tarde. Había poca visibilidad en la calle, debido a que una de las farolas de enfrente de su casa llevaba tiempo sin funcionar, y apareció esa noche repentinamente una espesa niebla. Él hizo su ritual de estas noches, pasando algo de frío mientras fumaba un cigarrillo, se quedó mirando la luna llena, atontado, alejado del mundo que lo envolvía, haciéndose a sí mismo preguntas sin respuestas: "¿Por que es inalcanzable la luna? ¿Por que también es igual de inalcanzable el amor? ¿Por que nadie me comprende? ¿Por que estoy aquí? ¿Habrá alguna persona en esta ciudad igual de perdida que yo? ¿Estoy condenado a la desdicha y la soledad eterna? ¿La felicidad y el amor existen, o son meras ilusiones?"

Mientras tanto...

... en otro lugar de la misma ciudad, una muchacha lloraba desconsoladamente, tumbada sobre su cama. En un momento dado, levantó la vista y vió encima de ella la ventana de su habitación, iluminada por la Luna Llena. Se levantó para acercarse a la ventana a verla, y le habló: "Tú, eres la única que me comprende y siente mi sufrimiento. Tú, que desde allí arriba lo ves todo por las noches, eres el único ser que ha visto como me devoraba el lobo feroz. Si pudieras hablar, podrías responderme si encontraré la felicidad, si abandonaré la soledad, si existe alguien que me quiera".

A la mañana siguiente, un joven obrero se dirigía como cada día a la fábrica a trabajar, con el sueño encima de su insomnio, con el mono puesto, la mirada triste e infinita. Y se cruzó con una muchacha con la cabeza agachada inicialmente, pero que la levantó, y sus miradas melancólicas se entrelazaron y se comprendieron. Ella llevaba su uniforme de la lavandería dónde trabajaba, y tenía los brazos cruzados, porque tenía frío.
"- Tiene ojos de perro azul, una mirada que me cautiva y una sonrisa llena de dulzura. ¿Por que tiemblo y me late tanto el corazón? Es un ángel..."
"- Es una persona que se cree perdida, me lo dice su mirada tan profunda. Ha sufrido igual que yo. ¿Lo volveré a ver?"

01 enero, 2006

Melancolía...

2006.

75 años ya. El 14 de abril de 1931, el pueblo español celebraba el exilio del rey borbón y la proclamación llena de esperanzas de la II República.

70 años ya. El 18 de julio de 1936, las fuerzas reaccionarias, oligarcas y conservadoras de nuestro país se levantaron en armas, provocando una cruel guerra civil que duró 3 años, contra las organizaciones progresistas, los trabajadores y trabajadoras y la República. El fascismo ganó la guerra, y cubrió España de muerte, represión, miseria, hambre y analfabetismo durante 40 años.

70 años también, de aquel 23 de julio de 1936, que por la necesidad de unir la lucha obrera antifascista nació el PSUC, partiendo de la fusión de todos los comunistas, socialistas y marxistas en Catalunya. El PSUC fue el partido catalán más reprimido durante toda la dictadura, ya que fue el Partido del antifranquismo en Catalunya, al igual que el PCE lo fue en el resto del estado español.

Un año de aniversarios, de conmemoraciones. De echar una vista atrás, para ver de dónde venimos y quienes somos. Para de esta manera, poder analizar el mundo y la sociedad en la que vivimos, y seguir luchando por cambiarla. Venimos de lejos, pero iremos más lejos todavía. Mientras haya desigualdad e injusticia en el mundo, siempre habrán personas luchando por cambiar las cosas, porque sabemos que el futuro es nuestro. El Presidente Allende tenía razón, cuando dijo en 1973, “Mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas, por donde pasará el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

Y siguiendo con esta esperanza, otro año más, esta vez el 47 aniversario. Otro 1 de enero. Cuba sigue en su sitio, no se ha movido, ha resistido. Ya nunca más volverá a estar sola, sometida, humillada, prisionera. Cuba sigue encendiendo su faro, para que la humanidad veamos las rocas hacia las que nos dirigimos, y podamos salvarnos de un cruel naufragio.

Mientras, el resto de la humanidad naufraga, cae al vacío. Como dicen en la película francesa de “El Odio”: “Quiero contarles una anécdota peculiar. Un hombre se arroja desde un piso cincuenta y mientras va cayendo dice: “Hasta aquí no hay problema”, pasan los pisos y el hombre continúa en caída libre e insiste “Hasta aquí no pasa nada”, “Hasta aquí no está mal” pero más rápido de lo que espera se estrella contra el suelo y se hace pedazos. Lo importante no es la caída sino el aterrizaje. Creo que estamos a unos pocos centímetros del suelo.”

Nota: Y hablando de aniversarios, en este 2006 también se cumplirá un cuarto de siglo de mi nacimiento. Os dejo la letra de una hermosa canción de Ismael Serrano.


Se van llevando la memoria,
queda en la historia una mancha, un borrón.
Mientras el resto sufre amnesia,
un viejo recuerda una canción,
de aquella lejana batalla
donde pudo morir,
en una guerra no ganada,
a veces me pregunta por ti.

Se cree aún en la trinchera,
otra bandera, de otro color,
solemne en su viento ondea,
sobre la cima y en su salón.
A veces habla con fantasmas
de cuyo nombre se olvidó.
Vencidos, nunca regresaron
de su exilio interior.

Ni un momento, ni un recuerdo,
para los que perdieron, los que construyeron
la tumba, el mausoleo,
de la miseria, del carnicero.
¿Cómo esperas ganar sin ellos
las batallas que anteriormente perdieron?
Si han de callar, que callen aquellos,
los que firmaron pactos de silencio.

Tratan de convencerle, abuelo,
las explosiones han terminado.
Pero cuando sale a la calle,
Madrid parece bombardeado.
Y lee escritos en los muros,
gritos contra los que luchó,
y personajes de rostro oscuro
que le inculcaron el terror.

Y un día, sin darnos cuenta,
el viejo, con sus historias, se consumió
Y en la memoria de su nieto
sólo una huella, un leve borrón,
de aquella lejana batalla,
donde pudo morir,
en una guerra no ganada
donde luchó por ti.

Donde luchó por ti.